miércoles, 14 de mayo de 2008

Afrontar la ansiedad


La ansiedad es un mecanismo normal de defensa de nuestro cuerpo, es una alerta ante situaciones que requieren de un cierto nivel de activación, por lo que es sano sentir cierta ansiedad en determinados momentos.
Sin embargo, si los niveles de ansiedad rebasan los límites normales, entonces la ansiedad deja de ser algo adaptativo y sano para convertirse en algo patológico y que desencadena en nuestro organismo una serie de sensaciones y emociones desagradables tanto a nivel físico como psicológico.
Cuando experimentamos una situación novedosa o temida como puede ser acudir a una cita, a un examen, a una entrevista de trabajo, recibir una noticia inesperada, encontrar a alguien a quien no vemos hace tiempo, tener un accidente etc, nuestro cuerpo presenta un aumento de los niveles de ansiedad y esto producirá una serie de sensaciones corporales como pueden ser entre otras:
o Elevación de la tasa cardiaca.
o Sensación de opresión en el pecho.
o Respiración entrecortada.
o Agarrotamiento de músculos.
o Dolor abdominal.

Lo normal es tener diferentes activaciones fisiológicas según la situación a que nos enfrentemos, además de las sensaciones citadas existen otras muchas.
A su vez, los pensamientos asociados a esas situaciones son:
Sentimiento de miedo.
Sensación de “no lo puedo soportar”.
Susto, por la reacción intensa del cuerpo.

Existen ciertas circunstancias habituales que nos generan ansiedad como cuando tenemos que afrontar situaciones determinadas que nos dan temor y el único modo de superar estas situaciones y conseguir que la ansiedad desaparezca, será haciéndoles frente. Sin embargo en muchas de estas situaciones que nos generan temor, lo que hacemos es huir de ellas y eliminarlas de nuestra vida. Por ejemplo existen personas que lo han pasado mal cuando han tenido que superar una crisis de pareja y cortan por lo sano, es decir, no intentan superar esa crisis para no sufrir más daño. Esta decisión a su vez, puede favorecer que en posteriores relaciones haga lo mismo, o que no me implique lo suficiente por miedo a que me hagan daño de nuevo. De éste modo puede que, lo que podría haber sido una pareja feliz afrontando los problemas, sea un fracaso de vida personal.
Lo sano para abordar situaciones que nos dan temor, es afrontarlas lo antes posible para acostumbrarnos y que esa activación física poco a poco vaya descendiendo y de esta forma se producirá una habituación a las situaciones estresantes y una mayor capacidad de afrontamiento ante situaciones futuras.
Cuando tenemos que afrontar situaciones que nos dan temor, hay personas que no toleran sentir malestar corporal y se angustian. La ansiedad es algo que toda persona puede soportar, por lo tanto no hay que magnificarla cuando se sienta. Aunque ponerse ansioso o angustiado es muy desagradable, no nos va a pasar nada, si bien es cierto que puede producirnos sensaciones muy intensas. Nuestro cuerpo reacciona cuando esta ansioso de la misma forma que cuando está excitado, sin embargo percibimos la primera como una emoción negativa y desagradable y la segunda como positiva y agradable, la única diferencia en realidad es el modo en que interpretamos cada situación.
Existen diversas técnicas que podemos aprender de modo fácil o con la ayuda de un profesional para disminuir las sensaciones de malestar que puede producir la ansiedad.
Una forma sencilla de abordar una situación estresante es usar la llamada Respiración Abdominal. Consiste en respirar profundamente y mantener el aire en el abdomen durante algunos segundos y después espirar suavemente hasta eliminarlo todo. Si repites esta operación algunas veces, seguro que el malestar va disminuyendo, la frecuencia cardiaca disminuye y la sensación de opresión cede. Existen muchas otras técnicas de relajación para intentar disminuir la ansiedad tales como la relajación muscular progresiva, la respiración controlada, el yoga, etc.