domingo, 15 de febrero de 2009

Deberías...

Ríe. Relájate. Perdona. Pide ayuda. Haz un favor. Delega tareas. Expresa lo tuyo. Rompe un habito. Haz una caminata. Sal a correr. Pinta un cuadro. Sonríe a alguien.Permítete brillar. Mira fotos viejas.Lee un buen libro. Canta en la ducha. Escucha a un amigo. Acepta un cumplido. Ayuda a un anciano. Cumple con tus promesas. Termina un proyecto deseado. Sonríe otra vez. Escucha la naturaleza. Muestra tu felicidad. Escribe en tu diario. Trátate como tratas un amigo. Permítete equivocarte. Haz un álbum familiar. Date un baño relajante. Por hoy no te preocupes. Deja que alguien te ayude. Mira una flor con atención. Pierde un poco de tiempo. Apaga el televisor y habla. Escucha tu musica preferida. Aprende algo que siempre deseaste. Llama a tus amigos por teléfono. Haz un pequeño cambio en tu vida. Haz una lista de las cosas que haces bien. Haz el amor muchas veces. Cierra los ojos e imagina las olas de la playa o si tienes el provilegio de estar cerca, acercate al mar. Dile a las personas amadas cuanto las quieres. Dale un nombre a una estrella. Piensa en lo que tienes. Hazte un regalo. Planifica un viaje. Respira profundo.

Adolescencia y drogas

La adolescencia es una etapa del desarrollo en donde el individuo hace frente a nuevas situaciones difíciles y de estrés; además empieza a rechazar la protección adulta en busca de su propia identidad y de construir un lugar propio.
El aumento del uso de drogas entre adolescentes en edad escolar es preocupante, ya que hay claras evidencias que el consumo de drogas a una temprana edad puede conducir en el futuro al consumo de drogas más peligrosas.
La adicción es el modo más primitivo de descarga de la angustia. Las características del adicto son: baja tolerancia a la tensión, tendencia a eliminar el displacer y exigencia inmediata del placer. Se puede ver que éstas no son características solamente del adicto, sino también del adolescente, más vulnerable en esta etapa de su vida.
Los adolescentes recurren a las drogas por varias razones: para compensar el estrés que les genera su etapa vital, para lograr su integración social en un grupo o para la realización de sus deseos reprimidos. Muchos jóvenes se sienten tentados por el entusiasmo y la evasión que las drogas parecen ofrecer. Algunos adolescentes las toman solo por el placer que creen pueden producir. En los grupos o pandillas siempre hay alguien que intenta convencer de que las drogas pueden hacer sentir bien o que se pueden utilizar como una herramienta para divertirse. Esto producirá en los jóvenes que, sin su consumo, no sean capaces de disfrutar y se muestren incapaces de utilizar sus propios recursos personales para hacerlo. Algunos jóvenes creen que las drogas les ayudarán a componer mejores canciones, a ser más populares, a mantenerse más activos o a ser mejores atletas. Otros simplemente sienten curiosidad y creen que probarlas no les hará daño. Pero la verdad es que las drogas no solucionan los problemas, ocultan los sentimientos e inhiben los propios recursos personales para disfrutar. Cuando desaparecen los efectos de las drogas, permanecen los sentimientos de malestar, los problemas empeoran y además cuesta más disfrutar de cosas con las que antes se disfrutaba.
En definitiva, el consumo de drogas es una tentativa de huir de la realidad, que a veces resulta insoportable; sin embargo los efectos de las drogas, tanto a nivel físico como psíquico, son devastadores en su evolución.
Estos días, las drogas están por todas partes y a veces parece que todo el mundo las usa, lo que supone un agravamiento del problema al hacerles creer a los jóvenes que lo habitual y frecuente se convierte en lo “normal”, restando importancia a la gravedad del los efectos del consumo de las mismas.
Muchas sustancias como el alcohol o la marihuana no son consideradas por muchos jóvenes como nocivas, a pesar de estar demostrado que causan daños graves en el organismo. Otras drogas, cuando las haces entrar en tu organismo (a menudo tragándotelas o inyectándotelas), encuentran su camino al torrente sanguíneo y desde allí son transportadas a otras partes de tu cuerpo, como el cerebro. En el cerebro, las drogas pueden intensificar o entorpecer tus sentidos, alterar tu sentido de alerta y a veces disminuir el dolor físico. Los efectos de las drogas pueden variar según la clase de droga administrada, la cantidad que se toma, con cuánta frecuencia se utiliza, con qué rapidez llega al cerebro y qué otras drogas, alimentos o sustancias se toman a la vez. Las drogas pueden arruinar todos los aspectos de la vida de una persona. Además actualmente las drogas se presentan en numerosas ocasiones adulteradas y resultan mucho más dañinas.
Cada vez son más los adolescentes que acuden a la consulta de un psicólogo debido a este problema, generalmente acompañados de un familiar, pero sin expectativas de dejar el consumo. Cuanto antes se detecte el consumo, más fácil será crear un vínculo terapéutico con el adolescente y ayudarle a descubrir sus propios recursos personales en esa búsqueda de sí mismo y su lugar en la vida. El objetivo será hacer entender a la persona que las drogas son, en realidad, un recurso para obtener un placer rápido, que puede acabar con todo el abanico de posibilidades con las que podemos acceder al placer, incluyendo la propia vida, nuestro núcleo familiar, social y nuestros propios pensamientos.