lunes, 28 de diciembre de 2009

Generosidad: Dar y darse sin esperar nada a cambio.

Al coincidir estas fechas navideñas me he levantado preguntándome si podría identificar algunas de las causas por las que nuestra sociedad actual padece de tantos males como el consumismo, la violencia, la drogadicción, etc.
¿Cómo podremos contribuir aunque sólo fuese un poco a la curación de un medio social desgarrado y enfermo por tantos males y desdichas?. Hemos olvidado quizás que vivimos en una relación con los demás, que aunque a veces nos parezca innecesaria, nos hace ser lo que somos. ¿Qué ha pasado con la generosidad? Veo en nuestra actual sociedad como, de manera inconsciente, colocamos la comodidad, el dinero y la imagen como los valores supremos dentro de las virtudes que todo ciudadano moderno debe de tener. ¿Y la generosidad, dónde queda? Esa capacidad dentro de nuestros corazones que nos despierta la necesidad de ayudar a los demás, de entregar parte de nuestro tiempo a causas nobles, de desprendernos de algunas cosas que atesoramos, pero que nunca usamos. ¿Será que nuestra cultura nos está convenciendo de la importancia de la egolatría como medio de figurar más en el teatro social?
En esta época que vivimos, que exalta como valores supremos la comodidad, el éxito personal y la riqueza material, la generosidad parece ser lo único que verdaderamente vale la pena en esta vida.
El egocentrismo nos lleva a la infelicidad, aunque la sociedad actual nos quiera persuadir de lo contrario. Cuando la atención se vuelca hacia el “Yo”, se acaba haciendo un doble daño: a los demás mientras se les pasa por encima, y a uno mismo, porque a la postre se queda solo.
Pero ¿Qué es la generosidad?
Generosidad es pensar y actuar hacia los demás, hacia fuera, no hacia adentro.
A pesar de la gran desvalorización de la sociedad, hay que decir que muchos hombres y mujeres son ejemplos silenciosos de generosidad: las personas que de forma voluntaria y desinteresada dedican su tiempo y esfuerzos a ayudar a otras personas que lo necesitan a través de un voluntariado, la juventud generosa que ayuda a sus amigos cuando tienen problemas,existen muchos ejemplos que sin duda podriamos seguir. Siempre es más fácil hacer un acto grandioso por el cual nos admiren, que “simplemente” darnos a los demás sin obtener ningún crédito. Y es que casi todos tendemos a buscar el propio brillo, la propia satisfacción, el prevalecer sobre los demás y solemos evitar el dar nuestra luz a los demás.
Dar sin esperar nada a cambio, entregar parte de tu vida, volcarse a los demás, ayudar a los que lo necesitan, dar consuelo a los que sufren, eso es generosidad. La generosidad es una semilla que siembra el amor, y puede ser la luz que nos saque del oscurantismo materialista dentro del cual, muchos de nosotros estamos viviendo en la más negra de las ignorancias.
Al reflexionar sobre esta virtud, encontramos que la vida del ser humano esta llena de oportunidades para servir y hacer un bien al prójimo.Ser generoso es algo que muchas veces requiere un esfuerzo extraordinario. El vivir con la conciencia de entrega a los demás, nos ayuda a descubrir lo útiles que podemos ser en la vida de nuestros semejantes, alcanzado la verdadera alegría y la íntima satisfacción del deber cumplido con nuestro interior.
Practicando la generosidad en silencio, sin reflectores y sin anuncios en los medios sociales, es la única manera de que, no perdiendo su esencia, nos proporcione paz interior.