domingo, 24 de marzo de 2013

Desde la orilla del dolor

 
Escribo el articulo de este mes desde el sentimiento de una profunda tristeza ante la pérdida de un ser querido, y la frustración de observar el sufrimiento de quienes quiero ante esa pérdida.
Todos nosotros hemos sido educados para buscar la “seguridad”. Sin embargo, la vida es un constante fluir de experiencias, emociones y necesidades a las que, inevitablemente, tenemos que ir adaptándonos.
El cambio de colegio, la separación de unos padres, el nuevo puesto de trabajo, ser madre, la muerte de un ser querido, un nuevo domicilio, afrontar una grave enfermedad…, tantos y tantos cambios que se suceden en nuestras vidas y forman parte de nuestra evolución.
Sin embargo, no nos han preparado para los cambios, ni nos han enseñado a procesar las pérdidas. Paradójicamente, nos educan para la búsqueda constante de la “estabilidad”. Aspiramos a tener “garantías” de que todo permanecerá igual, que será estable y seguro. Esto es tan absurdo como pedir que siempre sea de día y no llegue la noche.
Desde pequeña escucho comentarios absurdos del tipo: “lo mejor es que te asegures un buen porvenir ” o, “¡cómo se te ocurre ahora cambiar de trabajo si ya estás fija!” o, “tú, lo que tienes que hacer es buscarte un buen marido” o, “si no estudias nunca serás nadie en la vida”…
son consejos para conseguir una aparente seguridad y estabilidad en nuestras vidas. Y claro, tenemos miedo a los cambios. Pretendemos dirigir cada una de nuestras acciones y protegernos de desagradables “imprevistos”. No nos damos cuenta que el cambio es inevitable. Derrochamos parte de nuestra energía empeñados en controlar lo incontrolable, nadando contra corriente.

Con todo este bagaje educativo es lógico que huyamos de los cambios, los vivamos de forma negativa, incluso destructiva. Pero merece la pena pararnos y reflexionar sobre este asunto. las pérdidas son inevitables y es importante asumir que existen, pero podemos aprender a procesar el dolor y sufrimiento que conllevan.
Fluir con la vida significa aceptación, dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se Va, pero nadie nos prepara para hacerlo.
El llanto es una manera de canalizar nuestra rabia y dolor ante una pérdida. Es sano sentirse triste cuando tenemos motivos para ello.
De pequeña viví de cerca la muerte de lo más querido, un padre y una abuela que fue como una madre. Hoy, desde la perspectiva del tiempo que ha pasado, revivo con cada pérdida aquel momento que una niña no supo gestionar desde unas emociones inmaduras, sin nadie que le explicase lo que estaba pasando.
Me gustaría, de alguna forma, poder dar consuelo con mi experiencia pasada a una amiga, que sufre hoy de una forma desgarradora, enviándole un mensaje de coraje y un cuento del alma a una pregunta que desgarro mi alma cuando la escuche, y a la que no tengo aún respuesta:
¿ Como se vive con algo así?
 
El sufrimiento y la muerte son universales., todo viaje tiene un principio y un fin. El sufrimiento es consecuencia de la valoración personal y subjetiva de que algo amenaza o daña seriamente nuestra existencia o la de alguien que consideramos de importancia vital para nosotros.
La evaluación del tiempo subjetivo en comparación con el tiempo cronológico Puede suponer un indicador en nuestro cambio hacia la aceptación de una pérdida, pero ya no somos iguales ni vivimos como antes de ella. No podemos abandonar rutinas necesarias como alimentarnos, descansar o distraernos, pues proporcionan una energía vital necesaria cuando los rincones de nuestra alma solo se alimentan de sufrimiento, miedo, rabia y desolación.
La muerte de quien amamos tanto deja en nosotros confusos sentimientos de injusticia y culpabilidad que no son reales y solo tratan de "colocar" la tristeza y el apego a lo que creíamos nuestro y no es de nadie.
Con el tiempo el dolor se diluye, pero no desaparece. Nos hace conscientes para valorar cada momento vivido, cada experiencia de amor, calma y felicidad. Nos hace restar importancia a absurdos problemas que nos creamos y por los que sufrimos de forma innecesaria.
 
Mi cuento se titula,
El viaje continúa.
 
A lo lejos, la visión de alegres prados verdes y niños sonrientes, borrosas colinas de adolescentes inseguros, atardeceres de miedo y desolación. Luego, la lluvia casi eterna que limpia el cielo grisáceo de una nueva ciudad, lagrimas perdidas en la niebla ya difíciles de recordar. Hoy, el sufrimiento crece en mi interior, indisolublemente unido a una extraña sensación temporal que poco tiene que ver con las horas que van marcando, inexorablemente, los relojes que nunca entiendo ni observo.
Hoy la tristeza lo cubre todo con su manto gris. Aún así, al otro lado asoma la esperanza y la vida. Todavía nos esperan hermosos paisajes con montañas y prados verdes llenos de margaritas . Espero estar a tu lado y dejar que veas como crecen las flores.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Reflexiones

Cualquier etapa de la vida es buena para aprender y evolucionar. No temas volver a empezar. Renueva tu espíritu cada día mediante la meditación. Renueva tu mente aprendiendo cosas nuevas.Aunque siempre hayas hecho el mismo trabajo, no tiene porque seguir siendo así hasta el final de tus días. A lo largo de nuestra vida, nacemos y morimos muchas veces,y se nos brindan muchas oportunidades.Vivimos en una época mucho más flexible que en siglos anteriores. Quiero dar la enhorabuena a alguien que hace poco ha empezado terapia conmigo, no por un problema en concreto, sino por el placer de evolucionar a nivel personal, crecer y conocerse más asi mismo, es un placer acompañar a personas en esa travesía, algo menos frecuente que acompañarlas cuando trás mucho sufrimento entienden que deben ponerle fin y modificar sus pensamientos, sentimientos y acciones. De una forma u otra doy las gracias a cualquier persona que decide emprender un camino hacia la felicidad y me deja acompañarla, eso hace que mi profesion sea un privilegio.

 

Tambien quiero animar a alguien que se está encerrada en su propio sufrimiento, alguien para quien daria todo por una sonrisa y no puedo hacer nada, mi amiga, alguien con quien llevo años caminando. Deseo que desees salir a caminar de nuevo y busques la luz que un dia tuviste cerca y perdiste hace tiempo.Agradezco esa luz siempre que ha estado presente en mi vida, hoy me encantaria verla brillar de nuevo.