viernes, 18 de septiembre de 2009

Al final del grupo...


Escribo hoy al grupo, porque sois extraordinarios y os quiero un montón, estoy muy orgullosa de cada uno de vosotros y de vuestra evolución personal : el mago y la magia creada entre ambos, el reflejo dulce de mi ser, mi galeguiño y el verde de los montes creado, la loca y sus bailes y roces compartidos,mi informatico generoso y comprensivo,el ingeniro que crece y enseña al aprender y la niña de regala su risa aunque llore por dentro.
He aprendido al enseñar y he crecido al crecer vosotros, hoy al escucharos me he sentido un poco más viva y orgullosa de compartir mis lágrimas con las vuestras y crear con su unión un mundo mejor.

martes, 15 de septiembre de 2009

El Valor de Escribir

La expresión de nuestras emociones, anhelos e inquietudes hacia quienes nos rodean es de gran ayuda porque alivia el malestar psicológico. Sin embargo, a veces no somos capaces de expresar nuestros sentimientos a otros, bien por nuestra timidez, nuestros miedos, nuestro orgullo o simplemente por una dificultad a la hora de expresar emociones. En estos casos la escritura se convierte en una gran aliada y en una herramienta terapéutica tanto para el psicólogo como para la propia persona. Escribir lo que nos sucede y cómo lo sentimos nos libera en cierta manera de la carga emocional sentida, sirve para dar sentido a lo sucedido y disminuye las preocupaciones. La escritura trae a la consciencia ansiedades, miedos y angustias, permite afrontarlas y ayuda a desahogarlas, contribuye a ordenar los pensamientos y sirve de instrumento para un viaje imaginario.
A la hora de escribir se debe evitar tener en cuenta la adecuada sintaxis, intentando que fluyan de forma libre los sentimientos para liberar y comprender las emociones inhibidas.Muchas veces, cuando las personas acuden a consulta les resulta costoso empezar a utilizar la técnica; sin embargo, a lo largo del tiempo, cuando se acomodan a ella, les resulta de gran utilidad y empiezan a sentir los beneficios de la misma.Escribir, especialmente aquello que pensamos a modo de diario, significa dejar fluir lo que sentimos, ya sea doloroso o placentero, pero siempre sentimientos profundos, íntimos y propios.

Recientes investigaciones demuestran que escribir es tan saludable como practicar algún hobbie o deporte. Además esta demostrado que quienes escriben un diario tienden a ser menos propensos a la ansiedad y a la depresión.No en vano, Sócrates afirmaba que la vida examinada es la única que merece ser vivida, ya que nos permite conocer qué nos preocupa, en qué fallamos para no cometer nuevamente el mismo error, y sobretodo crecer como personas.Esto es posible porque cuando escribimos en un papel aquello que pensamos, vivimos y sentimos, nos obligamos a tomar cierta distancia de manera automática sobre nuestras propias vivencias, de forma que podemos reflexionar sobre lo que nos ocurre.
Los escritores considerados como de “primera línea” confiesan que suelen escribir como respuesta a una ansiedad, a un sentimiento y a un pensamiento interior.Como una necesidad de expresar, a fin de cuentas, lo que se siente y se vive por dentro.Conocido es, por ejemplo, la aplicación terapéutica de la escritura en el caso de los atentados contra las torres gemelas, en el que los terapeutas recomendaron a los afectados y familiares de las víctimas que escribieran lo que sentían para liberar la ansiedad, concienciarse de lo ocurrido e ir, poco a poco, asimilando el shock.Algunos de los muchos beneficios de esta terapia natural son:

-Obliga a verbalizar lo que nos ocurre, tanto en nuestro interior como en nuestro exterior.
-Pone en palabras lo que nos ocurre cada día, lo hace real, lo ordena y lo delimita.
-Cuando plasmamos estos pensamientos abstractos en el papel, quedan enmarcados, nos liberan y pierden fuerza, por lo que nos sentiremos menos prisioneros de nuestros propios pensamientos.
-Nos permite tomar distancia de nuestros propios pensamientos cuando los organizamos, a la vez que nos ayuda a reflexionar y tratar de encontrar solución a esos problemas que nos preocupan.

Las palabras tienden a ser las mejores herramientas para describir lo que sentimos de manera inconsciente. Nos permiten llevar al papel aquello que nos preocupa para poder encontrarle una solución, o bien plasmar lo que nos ha pasado en el día y lo que sentimos, para ser verdaderamente conscientes de ello.Os animo a todos a empezar hoy mismo, tan sólo con coger un papel, o un pequeño diario, y escribir todo aquello que deseemos en él. Comprobaréis como, con el paso de los días, podréis ir descubriendo por vosotros mismos los beneficios de la escritura.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Envidia disfrazada de amistad

Sullivan define la envidia como: "un sentimiento de aguda incomodidad determinada por el descubrimiento de que otro posee algo que sentimos que nosotros deberíamos tener".

La envidia es uno de los sentimientos más destructivos que puede tener una persona y trás el que se esconden complejos, frustraciones y carencias que se decubren a partir de lo que se envidia. El objeto de la envidia suele ser una persona concreta; también puede ser un "ideal" que se nos ofrece como modelo a imitar que se reviste de valía.
Cuando se descubre la envidia de una persona cercana, un amigo o amiga, un compañero de trabajo o de estudios, etc., debemos cuestionarnos si en realidad existió esa amistad, y si vale la pena continuarla. Es muy difícil que una persona envidiosa reconozca su problema, pues no solamente representa una humillación, sino que conlleva aceptar las propias carencias, y eso es lo que más teme el envidioso.
Parece que cuanto más civilizada se hace una sociedad, más disfraces utiliza la hostilidad. Las personas envidiosas suelen tener excelentes habilidades para manipular a los demás. Muchas veces la persona envidiosa se esconde detrás de una cara dulce y agradable, sabe aparentar ser una buena persona que cae muy bien, incluso pareciendo una persona humilde y desinteresada. Suelen ser personas que no pueden mirar a la persona que envidian a los ojos, sólo pueden mirarla de reojo, lanzando emisiones de agresividad camuflada que hacen sentirse mal a la persona envidiada.

La envidia es molesta para el que la siente y el que la recibe, por eso dicha relación debe cortarse, debido a la incapacidad del envidioso de reconocer su propia miseria. El perfil del envidioso es el de una persona fría, irónoca, distante e hiriente. Los sentimientos del envidioso estan a veces camuflados de una falsa preocupación hacia la persona objeto de envidia, disfrazados de un noble interés por el bienestar del otro, por eso en ocasiones son personas cercanas, generalmente amigos y el envidiado puede negar lo que siente por no romper esa falsa amistad en la que ingenuamente ha creido.

Debemos fiarnos de lo que sentimos cuando estamos cerca de otros, de las sensaciones de malestar o bienestar que nos producen y alejarnos de aquellas personas que por más que intentemos querer y acercar a nuestros corazones, solo dejen en ellos sentimientos de dolor, frustración y amargura al querer proyectar en nosotros la ira y rabia de su propia envidia.