viernes, 19 de febrero de 2010

El equilibrio interior a través del arte

Cualquier tipo de expresión artistica puede convertirse en un elemento mediador para la expresión de estados emocionales y mejorar el nivel de autoestima personal.
El arte como terapia utiliza los medios artísticos de forma transdisciplinaria, dinamiza el acto creativo para conocer y comprender mejor tus sentimientos, permitiendo conectarte contigo mismo(a) y así ayudarte a tener una reconciliación con tu historia.El acto artístico, cualquiera que sea : pintura, danza, música, escritura, teatro, escultura,etc solicita la imaginación, la intuición, la sensibilidad, las emociones, los sentimientos.El arte-terapia pone en funcionamiento todas estas actividades para revelar los bloqueos, las experiencias negativas, los sufrimientos, todo lo que nos impide realizarnos y vivir plenamente.
El arte como terapia no es entendido como el concepto de una manisfestación artistica. para utilizar el arte como forma de terapia no es imprescindible saber pintar, dibujar, bailar o dominar cualquier otro medio artístico, tampoco se hace necesario aprender cómo hacerlo, puesto que la meta no es crear una obra sino, gracias al gesto creativo, tomar conciencia de nuestros miedos, resistencias, inhibiciones, exprimirlas para librarnos y así transformarnos. El arte tiene la utilidad de transformar, no sólo la materia, sino también el espíritu.Durante las sesiones de arte-terapia, el terapeuta puede utilizar las distintas formas de arte como elementos terapeúticos mediadores, a través de los cuales ayuda al paciente a dejar ir su mano( pintura, escultura, escritura...),su cuerpo( Danza, teatro, etc) ,a expresarse lo más espontáneamente posible, guardando en la memoria aquello en que decidió trabajar. Es posible también proponer temas para desbloquear las cosas que son, a veces, verdaderamente difíciles de expresar.Una vez la mano en marcha, hay que dejarse llevar sin juzgar. El dibujo toma forma, habla de algo o de algunas cosas, que se vuelven, poco a poco, cada vez más coherentes, más concretas. Es el momento de la transformación.El terapeuta en ningún momento interpreta nada, no es su papel. No juzga, no espera del paciente que cambie, que avance. Está ahí para apoyarle en su búsqueda, acompañarle. Entiende su pregunta o sus preguntas y le ayuda a encontrar su propia respuesta. Le ayuda a poner palabras sobre lo que expresó a través de su pintura , su danza, su escultura, su escritura o cualquiera de las manifestaciones de arte en las que se expresase la persona a lo largo de las sesiones.El arte-terapia esta destinado a todos:en los períodos difíciles de duelo, de enfermedad. a los niños : hiperactivos y con dificultades escolares, con trastornos del comportamiento. a los adolescentes.a las personas con depresión, ansiedad.A los que tienen ganas de encontrar la alegría de expresarse, de comunicarse, de afirmarse, de ser ellos mismos.
Como yo lo entiendo, y como a mí me ha servido vivirla, tanto a nivel personal como a nivel de terapeuta , el arte produce una expresión libre de sentimientos que en ocasiones no podemos expresar de otra forma, nos ayuda a comunicar sentimientos que no somos capaces de compartir ni exteriorizar de otra forma. Asi que escribid, bailad, pintad, interpretad teatro, esculpid formas, haced vuestras poesías , pero encontrad en cualquier forma de arte un aliado para sentiros libres y con un equilibrio emocional cada día mejor. El arte libera nuestros miedos y nos acerca a nuestro equilibrio interior.

sábado, 6 de febrero de 2010

El peso de la razón: cuando piensas demasiado

El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad. Es un problema común que afecta al 2% de la población, es decir, a más de 100 millones de personas en el mundo.Las personas con TOC son personas que piensan constantemente y que viven preocupadas, analizan y en su cabeza hay un continuo caos mental, por lo que no es raro que padezcan de dolor de cabeza, generalmente localizado sobre los ojos. A nivel mental estas personas son poderosas y tienen una energía mental desbordante, pero, por desgracia, no saben cómo utilizarla o la usan de manera incorrecta y agotadora, si bien si aprenden a hacerlo pueden convertirse en personas con una gran genialidad.Genios como Charles Darwin, Martin Luther King y Woody Allen padecieron el T.O.C. Muchos estudios demuestran que los afectados por un T.O.C. presentan una inteligencia cognitiva muy por encima de la media, puesto que la propia naturaleza del trastorno precisa de patrones mentales más complicados que los comunes. Se trata de personas concienzudas, dedicadas al trabajo, al cual dedican mucha energía, y tienen un gran sentido de la ética y la moral. Se esfuerzan siempre en hacer lo correcto,de la manera adecuada, lo que la mayoría de las veces quiere decir "a su manera", ya que suelen tener bastante claro cómo hay que hacer las cosas. Son perfeccionistas y detallistas. Les gusta el orden y la limpieza, la planificación y la rutina, catalogar, hacer listas. Nunca cometen imprudencias ni excesos y no les gusta tirar las cosas, ya que en un momento dado pueden llegar a necesitarlas. Les gusta trabajar y esforzarse y no les atraen las cosas fáciles de hacer. Debido a que se rigen por el intelecto y no por sus emociones o deseos, les cuesta perdonarse los pequeños errores que toda persona puede cometer y es entonces cuando aparece la culpa y la preocupación. La toma de decisiones les resulta difícil. Quieren tomar la mejor alternativa posible y cuando se encuentran con opciones similares, donde no hay ninguna mejor ni peor, aparecen las indecisiones y las dudas. En temas de amor cuesta decidirse pues no se permiten equivocarse y si realmente es algo que puede merecer la pena sienten miedo a que fracase y son incapaces de arriesgarse llegando incluso a boicotear sus propias posibilidades de éxito. Por tanto, se trata de personas que se centran excesivamente en todo lo malo que puede suceder, no soportan la incertidumbre ni el hecho de no poder controlar todos los acontecimientos y tienen gran propensión a sentir culpa o vergüenza, lo que significa que cometer un error les hará sentirse sumamente ridículos, asustados o avergonzados; algo demasiado terrible para ellos que hay que evitar a toda costa. Las obsesiones pueden consistir en ideas, imágenes o impulsos a hacer algo que no queremos, perder a personas que nos importan, fracasar en algo importante, dudar de las tendencias sexuales, de si se quiere a una persona o no, o si los demás me aceptan o no, etc. Las obsesiones aparecen como intrusos en la mente y producen una gran angustia, miedo o vergüenza. Las personas que las padecen intentan sacarlas de la mente pero en ocasiones resulta imposible, y es entonces cuando se ven impulsados a hacer algo para combatir las obsesiones y sentirse mejor (la compulsión).

Existen muchos tratamientos en psicología para tratar las obsesiones pero no podrían resumirse en un artículo, sin embargo quiero escribir unas pautas muy generales para esas personas con gran genialidad que sufren diariamente con sus obsesiones.Cuando estas ideas, imágenes o impulsos aparecen en tu mente te resultan sumamente desagradables y quieres librarte de ellas, resistirte, luchar y sacarlas de tu cabeza para siempre. Pero no puedes; es algo que escapa a tu control y si no puedes controlarlo tampoco puedes eliminarlo. Pero, ¿cómo controlar lo que parece incontrolable? Lo primero que tienes que hacer, aunque resulte paradójico, es aceptarlo y no tratar de combatirlo.


Deja que los pensamientos prosigan libremente. No los juzgues ni los analices. De este modo los estás transformando en voluntarios, (ya que has decidido libremente que está bien tener ese pensamiento y está bien que sea obsesivo), aumentando así tu dominio sobre ellos. Una vez que estos pensamientos son voluntarios puedes empezar a controlarlos. Para ello puedes hacer dos cosas:

1. Déjalo para más tarde. Si estás trabajando y empiezas a preocuparte con algo, posterga tu preocupación para dentro de un rato, eligiendo una hora determinada para obsesionarte. Pueden ser 5 minutos después, o una hora o incluso por la noche, dependiendo de la severidad de tu problema y lo insistentes y frecuentes que sean tus pensamientos obsesivos. Si has decidido dejarlo para cinco minutos después, por ejemplo, trata de posponerlo de nuevo cuando hayan pasado esos cinco minutos y así sucesivamente.

2. Cambia tu forma de preocuparte. Otra manera de adquirir mayor control sobre tu pensamiento es cambiando la forma que tienes de responder a la obsesión. Para ello puedes hacer varias cosas: Anota tus pensamientos exactos en una libreta cada vez que aparezcan, incluso si aparecen unos minutos después de haberlos anotado y tienes que volver a escribir lo mismo una y otra vez. Esto te ayudará a darte cuenta de lo absurdos que son y el esfuerzo de escribirlos continuamente disminuirá su aparición por puro aburrimiento. Cambia la situación. Si tu obsesión o preocupación consiste en una imagen mental, trata de modificar esa imagen.


Un tiempo para preocuparse.

Dedica cada día un periodo de 15 ó 30 minutos para preocuparte y durante ese tiempo céntrate sólo en tus preocupaciones y en todo lo malo que podría suceder, intentando sentirte lo más angustiado posible. La mayoría de las veces no resulta fácil llenar un periodo de 10 ó 30 minutos con preocupaciones cuando no tratamos de combatirlas, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría consisten en una idea específica, lo que significaría pasar esos 15 minutos repitiendo lo mismo una y otra vez de forma voluntaria. Esta técnica te ayudará también a posponer tus preocupaciones cuando aparecen en un momento inadecuado.

Graba tus preocupaciones.

Selecciona una frase que resuma tu preocupación, grábala en una cinta de corta duración de las que repiten una y otra vez su contenido y escúchala cada día durante un periodo de 30 minutos. Si cuando aparece ese pensamiento espontáneamente te produce cierto grado de ansiedad, al escucharla tienes que sentir exactamente lo mismo, o no servirá de nada. Escúchala sin desviar tu pensamiento hacia otros temas. Descubrirás que al cabo de un tiempo tu ansiedad ha disminuido debido a que te has habituado a esa situación y ha dejado de producirte angustia. Si al cabo de 30 minutos tu ansiedad no ha disminuido al menos a la mitad sigue escuchando la grabación o no surtirá efecto.


No huyas.

Afronta las situaciones que pueden provocar tus obsesiones o preocupaciones y que tiendes a evitar para no sentirte mal. Por ejemplo, si te preocupa demasiado el hecho de cometer un error es posible que eludas hacer determinadas tareas. Deja de huir, métete de lleno en la situación y cuando en tu mente empiecen a dar vueltas y vueltas las ideas desagradables, utiliza las técnicas antes expuestas. Cualquier obsesión-compulsión tiene dos efectos negativos: consume tiempo inútil y nos impide la necesaria apertura a la experiencia para poder integrar una vida plena.

Creando puentes

Mucha gente se sorprende ante una pareja que se siente feliz y realizada tras muchos años juntos. El secreto de su éxito radica en su estilo de comunicación. Si bien somos seres individuales, no somos islas independientes unos de otros. Por medio de la comunicación nos relacionamos con los demás y establecemos vínculos. El dialogo constituye un puente que nos conecta con los que nos rodean y el poder compartir emociones, sentimientos, preocupaciones, miedos o problemas, es esencial para la pareja.
Sin embargo, la comunicación no es fácil; es un arte que se debe practicar continuamente. Comunicarse en la pareja es mucho más que hablar. Es poder expresar o transmitir libremente los pensamientos y emociones con sencillez y honestidad, teniendo en el otro a un buen receptor. La comunicación es una actitud de apertura al otro, que implica disponibilidad para compartir y que se construye a diario.
Estudios recientes han demostrado que los matrimonios infelices poseen defectos en su comunicación. Así, varios de los problemas matrimoniales provienen de una misma fuente: la falta de comunicación, generando una falsa tolerancia enfermiza que lleva a cada miembro de la pareja a vivir de forma independiente.
La incomunicación aísla, aleja, encierra y bloquea, no permitiendo disfrutar de la convivencia. Es evidente que nadie disfrutaría de una relación donde se den dichas variables a diario, por lo que es fundamental desarrollar una buena comunicación .El diálogo acorta distancias fortaleciendo el vínculo de pareja.
Ahora bien, existen varias formas de comunicar sentimientos, una de ellas es por medio de los gestos, de la mímica del rostro, de la postura del cuerpo, el tono de voz, etc. Cuanto más estrecha sea la relación entre las personas, más importancia tendrá este tipo de comunicación no verbal. Pequeños actos de amor tienen un poder que jamás podemos subestimar. Apenas el toque de una mano, una sonrisa amable, una caricia puede operar maravillas.
Otra forma de comunicarnos es verbalmente; las palabras pueden tanto edificar como destruir la relación. Así, la comunicación constructiva es aquella que es respetuosa, abierta y transparente y que aporta un crecimiento a la pareja. En esta clase de comunicación ideal se dejan de lado los rencores, las acusaciones y las exigencias para asumir las propias responsabilidades logrando un diálogo productivo. Para este tipo de comunicación es indispensable ser sinceros y pacientes, guardando el respeto mutuo.
Opuesta a la anterior existe la comunicación destructiva, caracterizada por ser irrespetuosa, prepotente, rencorosa y vengativa, destruye el vínculo, genera desconfianza y temor.
Ahora bien, los conflictos en la pareja generan a menudo incomunicación. A veces sucede que uno de los cónyuges responde con monosílabos al deseo de comunicarse de su pareja, lo que genera mayor insistencia por parte de ésta y no suele ser productivo. Hay quienes también utilizan el silencio como castigo o máscara que oculta la incapacidad de comunicarse, de admitir equivocaciones, escondiendo las debilidades. Muchos otros no desean comprometerse a abrirse al otro por temor a fracasar. Al no comunicarse el sujeto se encierra detrás de un muro cada vez más alto, o puede llegar a comunicarse erróneamente no permitiendo a la pareja poder entender sus sentimientos.
¿Pero, qué significa comunicarse realmente? Y ¿qué beneficios obtiene la pareja? En su sentido más amplio, comunicación significa "comunión" y constituye el lazo de unión en la pareja. Comunión es tener tiempo uno para el otro, hacer algo juntos. Comunión es conversar por una preocupación común. Es cualquier palabra o acto que crea el sentimiento de unidad disolviendo barreras, favoreciendo la comprensión recíproca y facilitando la solución de los conflictos. El correcto diálogo posibilita la cooperación para el logro de objetivos mutuos y hace que la convivencia sea agradable, fructífera y enriquecedora. Y lo más importante, una buena comunicación genera sensaciones de seguridad, de amor y de comprensión.
Pero para que el diálogo funcione debe darse un feedback (ida y vuelta) entre ambos cónyuges. El diálogo trata de dar y recibir: dar nuestro tiempo, nuestros "oídos" y recibir al otro, aunque en ocasiones pensemos que no necesitamos nada de los demás.
La comunicación efectiva para una pareja puede aprenderse en terapia de pareja, a través de pautas y entrenamiento, dando la posibilidad, sobre una base de amor, de recuperar un puente entre uno y otro que había dejado de existir.