viernes, 16 de enero de 2009

Crisis y salud mental.

La economía mundial está en crisis. Lo saben desde hace tiempo los consumidores y las empresas, lo llevan diciendo desde hace meses los expertos, y lo reconocen abiertamente los gobiernos. El paro está siendo la primera consecuencia. Los desórdenes sociales, la segunda. La confianza de los ciudadanos cae cada vez más, lo que produce un mayor temor a consumir, algo que acaba por dañar aún más el crecimiento. Esta crisis no solo afectará a nuestro bolsillo, sino también a nuestra salud mental. ¿Qué relación hay entre la crisis económica y nuestra salud mental? Esto se responde con una estrecha relación entre afecciones como el estrés y depresión que surgen a partir de la incertidumbre de los mercados y ante la situación económica personal y de la sociedad en general. El consumo de antidepresivos y ansiolíticos está aumentando. Las consultas de salud mental han visto incrementadas sus visitas en un 40%. En toda crisis se producen cambios, pero debemos recordar que no sólo debemos vigilar nuestro bolsillo sino también debemos estar con una predisposición psicológica y emocional adecuada para poder afrontarla correctamente.

ALGUNAS PAUTAS SOBRE CÓMO MANEJAR LA SITUACIÓN.

Valorar lo que gastamos y cómo lo gastamos. Si hacemos la valoración de ingresos y gastos, una de las primeras cosas que tendemos a recortar son los gastos dirigidos al ocio, ya que consideramos que éstos son secundarios. Pero desde un punto de vista del bienestar y calidad de vida del individuo, carecer de tiempo de ocio provoca en nosotros un gran malestar, que junto al estrés provocado por la incertidumbre de nuestro futuro económico afecta directamente a nuestra forma de vida y nuestro estado psicológico y emocional, llegando a veces a provocar patologías más graves como la apatía, la ansiedad y la depresión, producidas por el desbordamiento diario y la continua rutina en nuestras vidas. Ante esta coyuntura, debemos:

1. Conservar la calma. Hay que ser previsores, no adelantar acontecimientos que nos pueden llevar a sentimientos de desesperación excesivos y falta de autocontrol.
2. Organizar los gastos y los ingresos. Como ser social el individuo necesita también desarrollar actividades de ocio que le ayuden a mantener su bienestar. Por ejemplo podemos salir a cenar a un sitio más barato o buscar actividades de ocio al aire libre
3.Conocer los síntomas psicologicos para prevenir y actuar. Ante situaciones de crisis pueden aparecer los siguientes síntomas: en nuestros pensamientos; pensamientos continuos e incontrolables sobre la situación, que se caracterizan por ser intensos, sorprendiendo a la persona de un modo súbito y desagradable. En nuestras emociones, ya que suele ser frecuente la presencia de sentimientos intensos y, en ocasiones, contradictorios. Las reacciones de ansiedad y tristeza son las más comunes. En las variaciones de nuestra conducta, que se manifiestan en diferentes comportamientos. Por un lado, se modifican las relaciones con el entorno, desarrollando la tendencia a evitar situaciones, personas y lugares relacionados con el acontecimiento que nos ha llevado a la crisis.

Es indispensable prepararse para las situaciones de tensión y afrontar con realismo las dificultades. Las personas que mejor manejan las situaciones críticas son aquellas que logran mantener cierta racionalidad en medio de la tensión y el miedo. Evitar las exageraciones nos ayuda a plantear el problema tal y cómo es. Es muy importante el sentido común. En ocasiones, la tensión psicológica es más una amenaza imaginaria que real. Hay que crear un plan de acción. El estrés será siempre mayor si no existe un plan para solucionar el problema. Los planes más útiles son aquellos que cuentan al menos con dos características: son realistas y son progresivos. No debemos postergar lo inevitable, es decir, aceptar que el momento de crisis es una realidad. Si existe una fuente clara de perturbación lo ideal es actuar para su solución. No dejar las cosas para mañana. No hay porqué afrontarlo y superarlo solo, busca ayuda y comprensión. La tensión se maneja mejor si existe la sensación subjetiva de apoyo y comprensión por parte de las personas significativas de tu entorno. Compartir las dificultades ayuda a superarlas mejor. No te escondas ante las dificultades, ya que las personas que te quieren estarán a tu lado para ayudarte. No serás una decepción para ellos, y dejar para más adelante hablar con ellos dificulta más la confianza y, si la situación empeora, te será más dificil. Recuerda siempre realizar actividades estimulantes. La monotonía es un factor que tiende a agravar la respuesta de estrés. Actuar, ya que los problemas no se resuelven en la imaginación. Actuar de un modo progresivo y sistemático será siempre la mejor manera de ayudarse a sí mismo. La crisis económica es una situación que nos provoca un gran malestar, pero si somos conscientes y respetuosos con nosotros mismos no debemos permitir que merme nuestra calidad de vida. Si mantenemos el tipo y la afrontamos de una manera racional (sabiendo que muchas veces es difícil), nos ayudará a encontrarnos mejor y estaremos más preparados ante esta situación.

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