domingo, 7 de septiembre de 2008

Terapia familiar como intervención psicológica


Los seres humanos somos seres relacionales, es decir, sólo podemos entendernos en relación con los demás. Por eso en ocasiones cuando una persona sufre un problema está relacionado con su interacción con otros miembros de su grupo social, el primer grupo social que establecemos y el más importante es la familia.
La familia es un sistema formado por miembros interrelacionados y cuando uno de ellos tiene un problema o síntoma, los demás también sufren las consecuencias y pueden colaborar en la solución. Siempre que un problema afecta a varios miembros, todos pueden colaborar en la solución.
Para poder ayudar en la mayoría de ocasiones a una persona, un psicólogo debe contar con la ayuda de su familia y averiguar qué factores de las interacciones familiares le están ayudando o perjudicando. Una de las formas de intervenir en psicología es la terapia familiar.
En ocasiones, el terapeuta decidirá contar con la colaboración de algunos miembros de la familia o con todos ellos y los citará a consulta, otras veces, citará de manera individual al paciente o citará a los padres y luego a los hermanos, pero siempre tendrá presente las relaciones que el paciente establece con su entorno familiar y trabajará sobre ello.
En todo caso, en Terapia Familiar el proceso terapéutico es similar (en sus etapas e intervenciones) al de la Terapia individual, con la diferencia de que se trabaja con la familia y las relaciones que el paciente establece en ella.
Las familias aunque tengan dificultades, tienen un potencial muy grande para cambiar y funcionar mejor. La terapia familiar trata de usar ese potencial para favorecer los cambios, intentando ayudar a buscar una forma alternativa para solucionar los problemas que produzcan menos dolor, angustia o frustración en la persona o personas afectadas. La finalidad es mejorar la comunicación entre los miembros de la familia y trabajando con toda la familia a la vez, la posibilidad de cambiar la situación es mucho mayor. Uno de los inconvenientes en este tipo de terapia es su larga duración, ya que los tratamientos que buscan el cambios en dinámicas que llevan años de evolución no se pueden hacer a corto plazo y la disfunción familiar se produce a lo largo de años por lo que como mínimo se necesitan varios meses o años dependiendo del tipo de problema; sin embargo está comprobado que las personas que hacen terapia familiar durante un tiempo prudencial se benefician notoriamente.
Si vemos que un problema que hemos intentado solucionar en repetidas ocasiones y nos genera sufrimiento en nuestra convivencia familiar no tiene solución, muchas veces el realizar una terapia familiar con un especialista, puede ayudar a ver otras soluciones que alivien un malestar de muchos años de evolución y hacer cambiar situaciones que parecía imposible que mejorasen.

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