miércoles, 29 de diciembre de 2010

Despide con el año tus miedos

Existen en las personas algunas emociones negativas que, debido al malestar que nos causan, tratamos de no aceptar rechazando as¡ el valor informativo que tienen en nuestra vida y en nuestra salud integral.
El miedo, la ansiedad, el resentimiento, la envidia, la tristeza, la frustración, la inseguridad y otras emociones negativas, nos orientan cuando permanecen durante largo tiempo con nosotros, sobre algo que no está funcionando y debemos analizar y cambiar. Las emociones negativas son igual de necesarias que las positivas y nos indican, como si de un mapa se tratase, que la ruta que hemos escogido no es la adecuada, que debemos modificar cosas en nuestro sistema de creencias que disminuyan ese sufrimiento para conseguir así cambiar esas emociones por otras más positivas o adaptativas tales como el coraje, el amor, la empat¡a, la alegria, la recompensa o refuerzo positivo entre otras.
Cuando entramos en estados emocionales negativos mantenidos durante largo tiempo nos parece que estamos ante un tunel sin salida, ante un agujero negro del que no podemos salir, sin ver ningún atisbo de luz que nos oriente en que dirección seguir. Sin embargo, a partir de cambios que podemos generar en nuestros pensamientos y sistema de creencias, nuestras emociones empiezan a cambiar, mejorando nuestro nivel de autoestima.
Al igual que los estados emocionales negativos nos orientan sobre una ruta inadecuada, los positivos nos indican que la ruta es la correcta y que el camino escogido es adecuado.
En las relaciones interpersonales, tambien nos sucede que, dependiendo de que personas nos rodeemos podemos contagiarnos de sus estados emocionales.
Si estamos cerca de personas positivas, dinámicas, vitales, alegres, amorosas, nuestro estado emocional se contagiar de ello sintiéndonos mejor; por el contrario, si nos rodeamos de personas que sienten tristeza, enfado, resentimiento, envidia, inseguridad u otras emociones negativas podemos empezar a notar incluso que nuestro estado emocional se contagia de dicha negatividad.
Profesionales de la salud como los psicólogos nos relacionamos a diario con personas con estados emocionales negativos y una parte de nuestra labor como terapeutas consiste en intentar que nuestros propios estados emocionales negativos no afecten a aquellas personas a las que tratamos, debiendo unicamente intentar contagiar pensamientos positivos y alternativas efectivas de afrontamiento para cambiar la ruta hacia un territorio emocional positivo.
Debo decir que en mi experiencia como profesional de la salud mental hace ya más de 10 años he sabido distanciarme de los estados emocionales negativos de las personas a las que trato y he conseguido, en la mayor¡a de ocasiones, generar un cambio en la ruta elegida hacia una mejora en su estado de salud. Sin embargo, fuera del ambito profesional, a veces las personas no somos capaces de percibir estados emocionales negativos en nosotors mismos y otros, sobre todo en el entorno social en el que nos movemos, donde enmascarar estados emocionales negativos en una falsa apariencia de seguridad y positividad, se convierte en algo habitual. Generalmente en la sociedad del falso bienestar en la que vivimos, las personas evitan mostrar sentimientos, llorar delante de otros, emocionarse y llorar de alegria parece a los ojos de algunos, un s¡ntoma de debilidad. Se disimulan los puntos débiles para" que no nos puedan atacar", se evita pedir ayuda por creer erroneamente que aquellos que no la solicitan son más valientes, aún cuando la capacidad de reconocer las propias limitaciones es un signo de fortaleza interior y valent¡a.
Las personas que manipulan su entorno y a otros en aras de su propio beneficio son las que generalmente llegan a asumir un gran poder social y así un sin fin de causas que constituyen a la hora de rodearnos de gente emocionalmente sana una labor d¡ficil y ardua acompañada muchas veces de un largo listado de decepciones que van dejando huellas emocionales en nosotros.
Sin embargo debemos asumir estas máscaras sociales y ser capaces de participar de los carnavales sin la necesidad de disfrazarnos, aún cuando nuestra sensación sea que lo hace la mayor¡a.
Llega fin de año, una‚ época cargada de buenos prop¢sitos y en la que parece que todos queremos mostrar nuestros mejores deseos e intenciones para empezar un año mejor, la gente viste sus mejores galas para despedir el año, asi que intentemos vestirnos de nuestras mejores emociones a pesar de las cosas que puedan estar afectándonos.Dejemos con el año que acaba nuestros miedos e inseguridades que nos alejan de aquellos a los que vemos en cierta forma mejores y más seguros. Rectificar es de sabios. Vistámonos de amor, comprensión, felicidad, transparencia y paz.

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