domingo, 5 de diciembre de 2010

Reflexiones sobre el retiro

Como habíamos comentado en artículos anteriores, el último fin de semana del pasado mes de noviembre se celebró en la casa-retiro IEMANJA el primer retiro-relax organizado por el gabinete de psicología Vila de Paz. Finalmente el retiro contó con la participación de 23 personas, que pudieron disfrutar de diferentes actividades enfocadas a la salud, tanto física como mental.

Elegí como resume del primer retiro que organizo en la isla de la calma la palabra: Reencuentro. A pesar que hay muchas más palabras que caben en las emociones que recorrían la casa Iemanja, donde un grupo de 23 personas que, en su mayoría no se conocían de nada, habitaron en total armonía, la palabra reencuentro es para mí la más significativa.

Serenidad, armonía, descubrimiento, autodescubrimiento, tranquilidad, vitalidad, relax, amor, creatividad, autonomía, autosuperación, valentía, sinceridad y, finalmente, paz, fueron muchas otras de las que volaron por la sala e hicieron que la energía de este encuentro nos cargara a todos de positividad, al menos por un tiempo.

Pero para mí, como dije, todas ellas se unen en la palabra reencuentro, con las personas con quién sientro que fluye el entendimiento, con los terapeutas de este retiro: Maty, Miguel, Gloria, mi mejor amiga, mi gran amor..., con lo que el trabajo se convierte en un placer que la vida nos regala. Reencuentro, además, conmigo misma y lo que soy, por haberlo podido expresar libremente ese fin de semana. Reencuentro con el Yoga y la meditación, con la serenidad interior y la paz de las cosas bien hechas por haber puesto amor en las mismas.

Las conclusiones de este primer retiro quedaron plasmadas en una libreta que recogía los sentimientos de cada uno de los asistentes, quienes al expresar y resumir en una frase sus emociones expresaron sentimientos puros y sinceros. Al despedirnos todos sentimos que el segundo retiro ya está en nuestro pensamiento y en el deseo de todos los que participamos en este primer encuentro. Hubo tiempo para reir, para meditar, para abrazarno, para charlar, para pasear, para un masaje relajante y para sentarnos en círculo a intentar encontrar las emociones que nos llevan a alcanzar un equilibrio emocional e intentar orientarnos en la medida de lo posible hacia ellas.

Reencuentro además con el calor de unos troncos encendidos a los que nos arrimábamos, que me hicieron sentir por unos segundos como ante la chimenea de mi casa, al lado de los mios. Reencuentro, en definitiva, con esa parte del ser humano que no está en guerra consigo mismo y con el resto del mundo, que sólo pretende crecer para hacer de este mundo algo mejor, extrayendo lo mejor de cada uno de nosotros. Nos vemos en el segundo retiro.

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