martes, 4 de marzo de 2014

Quiero ser madre...Voy a ser madre

 Tener un hijo es el sueño de muchas mujeres, sin embargo, ese deseo se traduce hoy día en un proceso largo, muchas veces más de lo deseado. Cada vez nos retrasamos más a la hora de decidir que estamos preparadas para la maternidad. Esto provoca, a su vez, momentos de desesperanza si no llega el feliz acontecimiento, tendiendo a pensar que, quizá, ya es demasiado tarde.
En la capacidad reproductiva de la mujer y el hombre inciden muchos factores, no solo físicos, como la edad o el estado de salud general, sino también psicológicos y mediambientales. Hoy día, cada vez tardamos más en concebir hijos, debido al ritmo de vida que llevamos, el estrés, la vida sedentaria o hábitos poco saludables. En los varones, estos factores afectan a la calidad del semen, mientras que en las mujeres, el hecho de obsesionarse con factores como los días fértiles o el proceso ovulatorio no hace más que incrementar ese factor de estrés ya de por sí existente debido a nuestros hábitos y vida cotidiana.
Ahora bien, cabe destacar también factores psicológicos, pues del entusiasmo y motivación iniciales de los primeros meses pasamos muchas veces a episodios de frustración y desánimo al ver que pasa el tiempo y el ansiado desenlace no acaba de llegar. El acto sexual, pasa de convertirse de un acto de amor y deseo a un acto obligatorio o calculado, causando ésto un estrés añadido a la pareja.
Hoy quiero hablar, no solo desde la óptica de psicóloga que atiende a muchas mujeres y parejas en esta situación, sino también desde mi propia experiencia, la de una mujer que estuvo casi 3 años intentando conseguir un embarazo que suponía mi mayor deseo y el de mi pareja. A pesar de todas las estrategias de las que dispongo, caer en la decepción continua cuando el dichoso test daba negativo era inevitable. Desde mi propia experiencia personal siento que pude llegar a aceptar y superar esas emociones, entremezclándolas con aquellas estrategias y pautas de salud que tan familiares me eran. Así, finalmente mi sueño se hizo realidad y mi felicidad fue plena, gracias a la llegada de Alejandro.
Por eso hace tiempo que vengo valorando la idea de crear desde nuestro gabinete de psicología un grupo terapéutico dirigido a aquellas mujeres que os encontráis en esta situación de indefensión y no sabéis dónde acudir, un espacio de terapia grupal donde compartir la desesperanza y tornarla en ánimo y estrategia de afrontamiento a partir de las experiencias personales y las pautas profesionales, todo ello destinado a “mujeres que desean ser madres”.
El gran deseo de “ser madres” y la presión de nuestro entorno, la sensación de tristeza y la frustración al ver que cada vez “me vuelve el periodo” influyen negativamente en nuestra mente y nuestro cuerpo, convirtiéndose muchas veces en la principal causa por la que no logramos quedarnos embarazadas. Así, nuestros propios pensamientos pueden ser causantes de que no consigamos nuestro objetivo, bloqueando propiamente el proceso natural de la concepción. De esta forma resulta básico preparar no solo nuestro cuerpo, sino también nuestra mente para recibir tan importante acontecimiento como es un embarazo y futuro nacimiento de nuestro hijo.
Muchas veces, la ansiedad por conseguir el objetivo juega en nuestra contra, bloqueando el embarazo. Por eso muchas mujeres, después de intentar repetidamente la concepción natural, deciden recurrir a la adopción, relajando su deseo y quedándose posteriormente embarazadas de forma natural “cuando menos se lo esperan”. También, otras mujeres diagnosticadas de infertilidad corren la misma suerte; cuando han desistido y recurrido a la ayuda médica para concebir, relajan su cuerpo y mente y acaban teniendo un hijo de forma natural incluso trascurridos varios años. Esto sucede porque el centro de atención cambia, modificándose también los pensamientos que entorpecían el proceso natural; la ansiedad baja y la mente se ocupa en otra cosa, favoreciendo la consecución de nuestros anhelos.
¿Qué hacer entonces si nos encontramos bloqueadas, sin poder ser madres? Debemos reprogramar nuestro cerebro, darle órdenes para ayudarle y eliminar pensamientos que entorpecen más que favorecer. Debemos repetirnos encarecidamente frases como: “soy una mujer sana y saludable y voy a quedarme pronto embarazada” o “No hay ningún pensamiento que pueda interponerse a mi deseo de ser madre”.


Relajarnos del estrés y nerviosismo y visualizarnos embarazadas, recreando nuestra mente en imágenes sanas sobre el cómo será, qué sentiré o qué veré nos ayudará finalmente a conseguir uno de los más ansiados objetivos en la vida: traer al mundo otra vida

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