viernes, 18 de abril de 2008

Potenciar la espontaneidad


A nuestra sociedad aunque parezca mentira, le falta espontaneidad.
A lo largo de los años hemos superado muchos prejuicios del pasado, sin embargo hay factores que frenan la espontaneidad, tales como el control y la racionalidad excesiva.
Conseguir ser más espontáneos implica reconocer y recuperar las propias emociones de cada uno, es decir hace falta saber mostrarse tal y como somos ante los demás sin fingir ser otra cosa o de otro modo. En ocasiones actuar de modo espontáneo resulta difícil.
Para mostrarnos naturales y ser nosotros mismos tenemos que superar los prejuicios, condicionamientos o hábitos que limiten nuestra manera de actuar.
Tenemos que rebajar la autocrítica, la voz que no nos deja en paz y nos recuerda todo lo que hacemos mal. Si continuamente examinamos y juzgamos nuestras acciones limitaremos nuestra libertad e inevitablemente juzgaremos al resto de personas cuando se comporten de una forma que no nos gusta.
Ser espontáneo implica estar más dispuesto a experimentar cosas nuevas, y así seguir aprendiendo.
A través de nuestros sentidos es posible tomar conciencia de uno mismo, conectando sobre todo con el propio cuerpo, pero también dejándonos impregnar por aquello que percibimos del espacio y el entorno o de los demás.
Aprender a identificar nuestros sentimientos es la base para conocernos a fondo y expresarnos mejor, todo ello acompañado de una aceptación de nosotros mismos, con nuestras virtudes y nuestros defectos.
Existen algunas técnicas para favorecer la espontaneidad. Por ejemplo, durante un día podemos hacer el ejercicio de hacer las cosas de manera improvisada, o dejarse llevar por las decisiones de otra persona, para observar así qué se siente ante esta nueva situación.
La autoobservación también es un buen método para saber cómo reaccionamos delante de diversas situaciones y así tener una base sobre la cuál cambiar aquello que no nos gusta.
Las personas poco espontáneas suelen ser rígidas a la hora de pensar y, del mismo modo, expresan dicha rigidez a nivel corporal.
Existen también diversas técnicas en psicología tales como las técnicas de relajación o la respiración controlada que permiten soltar esa rigidez corporal y enriquecer así el lenguaje del cuerpo: expresividad facial, postural, respiración, mirada. Dichas técnicas nos ayudaran a su vez a mejorar nuestra integración con lo que nos rodea. Las actividades creativas, tales como la música, la pintura o la poesía, se pueden utilizar con finalidades terapéuticas, precisamente porque abren nuevas vías de expresión, permitiendo experimentar el placer de expresarnos con libertad y llegar allí donde no solemos llegar fácilmente con las palabras y reabriendo el camino a veces cerrado hacia las emociones y la capacidad de sentir de cada uno de nosotros

2 comentarios:

juan dijo...

¿Quién es más sabio, aquel que sabe expresar lo que sientre o el que sabe callar lo no debe de ser dicho?
Ser espontáneo es algo qeu puede ser útil, puede hacer que llegues a conocerte un poco mejor, pero siempre están los otros. Le espontaneidad no sirve cuando el silencio es la única respuesta posible. Uno sólo puede ser espontáneo con los demás, y los demás puede que no quieran conocer o saber.
Conocerte entra en conflicot con los demás cuando se trata de conocerte en tu trato personla con el otro. ¿Debe mi yo creerse en el derecho de eliminar al otro cuando necesito decir algo o hacer alg?
JUAN
Un beso señorita psicóloga, y enhorabuena desde Galicia

Vila de paz dijo...

Cierto es que lo que debe o no debe ser dicho es una cuestión relativa.
Si lo que decimos lo hacemos de forma adecuada y con respetoy aunasí molesta al otro a pesar de que nuestra únicaintención sea expresarnos de forma sincera es siempre de sabios y tambien devalientes.Deboreconocer que en ocasiones el exceso de valentia nos lleva a ser juzgados y llevados a la hoguera, pero cuando somos capaces de salir y mirar hacia otro horizonte....Lo que decimos no deja indiferente a nadies si somos espontaneosDe forma espontanea te digo:." como desees"
Me encantó la princesa prometida, pero sobre todo aquel tiempo en el que vi contigo la película y más aun tu. Te quiero un montón feo.