domingo, 7 de diciembre de 2008

La Navidad, como cualquier otro tiempo para ser felices

Las calles llenas de gente, luces de colores, brillos dorados y plateados, árboles de navidad, papa Noel subiendo por las fachadas de las casas, los reyes magos de oriente en sus camellos, el Belén con sus pastorcillos, dulces y turrones, villancicos sonando por las calles, encuentros con amigos y familiares, regalos, comidas especiales y un sin fin de cosas más. Hay gente que, lejos de implicarse en las situaciones, en lugar de sacarles jugo, prefieren perder ese tiempo y poner malas caras, estar a disgusto, amodorrarse, bostezar y quejarse. Claro que a ellos, no les vamos a pedir que disfruten de la Navidad, ni de ninguna otra cosa, son actitudes ante la vida.
No son pocos a los que no les gusta la Navidad, ni tampoco son pocos los que se deprimen en estas fechas. ¿Existe la depresión Navideña? La depresión, o las crisis, no son una cuestión tan sencilla, ni vinculada a la Navidad o a otro tiempo, no es una cuestión de fechas, ni de la edad, ni de estaciones.
La depresión está más bien relacionada con la ideología que nos sostiene, las experiencias que se han vivido, o la forma en la que se vive la vida. Sin embargo, lo de la depresión navideña puede que sea una verdad a medias, porque mucha gente espera a final de año para hacer balance y darse cuenta de que, un año más, no ha conseguido lo que quería, que sigue sin pareja, sin el trabajo que desea, sin dinero o sobretodo extrañamos aquellos a quienes queríamos y con quien nos reuníamos y ya no están. Pero generalmente aquellos que tienen depresión en Navidad, si se paran a pensar posiblemente son personas con tendencia a la depresión o personas que en otros periodos de su vida han estado deprimidas; porque la Navidad no trae con ella la tristeza; la tristeza la ponemos las personas.
Darse cuenta de las cosas, o de que nuestra vida no se corresponde con nuestros ideales, no es un motivo para deprimirse, sino una oportunidad para seguir creciendo y vivir la vida de otra manera, por lo que no debemos dejar que cada navidad vuelva a ser triste sin cambiar nada.
No es obligatorio tener crisis en ningún momento ni a ninguna edad, pero el que las tiene las puede utilizar para crecer y modificar cosas de su vida en lugar de para quedarse parado y dejar que el nuevo año sea igual al anterior. De todas formas, no debemos llevarnos a engaños, al igual que la Navidad no trae depresión, tampoco trae amor, paz y felicidad, sino que estas fechas son así para el que tenga ese estado de ánimo todo el año. No son días mágicos en lo que todo cambia por el color de la luces o los destellos oro y plata, sino que son una continuación de nuestra vida, por lo que si tenemos un conflicto con alguien no debemos esperar que la Navidad lo resuelva milagrosamente sin nosotros hacer nada. Sin duda estamos ante una ocasión más para disfrutar, cada uno con lo que se permita. Cada ocasión puede tomarse así o como una excusa que justifique nuestro malestar para así no cambiar nada. Podemos pensar que, cuando pase la Navidad pasará la tristeza, o empezar a pensar que somos nosotros los que debemos actuar para convertir esa tristeza en alegría.
No pongamos más excusas, aún estamos a tiempo de ocuparnos de cómo queremos vivir estas fiestas y vivirlas alegremente.
Felices fiestas y diviértanse con aquello que les guste.

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