sábado, 22 de marzo de 2008

Suele suceder

Muchas personas que acuden al psicólogo o al psiquiatra vienen para decir que están tristes, que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. La mayoría ya han visitado a su medico de cabecera, al psiquiatra y posiblemente hayan recibido la etiqueta de un diagnóstico seguro:”Depresión” o al menos algún antidepresivo o tranquilizante que les deja temporalmente tranquilos y convencidos que será la solución a sus problemas. Incluso me atrevería a decir que muchos valoran la valía de los profesionales de la salud por la cantidad de pastillas que les recetan y es usual escuchar decir:”No me recetó nada, tendré que ir a otro que entienda”. El NO recetar e indicar hacer las cosas por uno mismo, implicarse en el proceso personal de curación, requiere esfuerzo personal y trabajo y por tanto no sirve para la mayoría de aquellos que pagan la seguridad social y por ello necesitan soluciones de otros a sus problemas. El buscar respuesta a cada proceso natural de la vida en una consulta es tener miedo a afrontar nuestra existencia. Debemos ser los protagonistas de nuestras vidas y si bien en ocasiones será necesario recurrir a los avances de la ciencia y los fármacos, muchas otras debemos intentar afrontar las situaciones que la vida nos presenta de forma real y con las emociones que ello genera.

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