lunes, 31 de marzo de 2008

¿Has sentido alguna vez los celos?


Todos en ocasiones hemos sentido celos. Nuestro corazón se acelera e incluso en ocasiones nos falta la respiración a causa de la ira que los acompaña. No debemos sentirnos incómodos por ello, es algo innato y natural en las personas. Según las estadísticas el 100% de las personas han sentido celos al menos un par de veces en su vida. Si bien es cierto que, no todos llegan a los extremos y que los más difundidos, son los celos entre las parejas, estos no son los únicos y así, existen celos entre hermanos, entre compañeros de trabajo que se disputan el reconocimiento, etc. La existencia de los celos es universal y puede estar basada en situaciones reales o imaginadas, pero se trata de una forma específica de miedo que puede acarrear reacciones insospechadas. Los celos constituyen la emoción opuesta a la confianza. Algunos psicólogos piensan que favorecen las relaciones fieles y monógamas y desde dicha perspectiva, se asume que funcionan como un mecanismo de defensa a través del cual, las parejas se hacen estables y duraderas perpetuándose. Sin embargo, muchas otras veces logran destruir las más bellas relaciones. Es posible intentar aprender una serie de técnicas para poder utilizarlos en beneficio de la pareja. La clave esta en el equilibrio justo, pues en su justa medida pueden constituir un aliciente para que la llama del amor se mantenga viva, pero en exceso pueden acabar en ruptura o peores situaciones. El popular dicho de “ si no está muy celoso, no esta muy enamorado” no hay que tomárselo al pie de la letra, si bien puede tenerse parte de realidad y así una persona que se considera poco celosa con sus antiguas relaciones y repentinamente, con una pareja en concreto, se muestra más desconfiado/a; puede que el motivo sea por que siente un amor más profundo y por tanto más miedo al engaño o la pérdida, o por que al lado de dicha pareja su autoestima sea más baja que con anteriores relaciones en las que se sentía superior. También, es importante confiar en uno mismo para poder confiar en la pareja, pues si a cada uno de nosotros nos cuesta ser fieles, será más fácil dudar de la fidelidad de la persona que esta a nuestro lado. El amor y los celos están pues muy relacionados, pero es posible prescindir de estos últimos para convivir en armonía.
Existen personalidades que favorecen los celos patológicos entre ellos se encuentran los obsesivos compulsivos y los que padecen baja autoestima, pero cualquier persona independientemente del tipo de personalidad y en base a las condiciones de la relación, puede sufrirlos y si no se aprende a tiempo herramientas para manejarlos podemos dejar pasar de la largo un gran amor o tal vez, el amor verdadero.

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